La Fundación Antonio Restrepo Barco, organización social que trabaja en favor de niños, niñas, adolescentes y jóvenes en condiciones vulnerables en Colombia anunció a comienzos de 2018 el nombramiento de Alfonso Otoya Mejía como nuevo Director general de la Fundación.
Alfonso, es economista de la Universidad Javeriana con maestría en administración de empresas (MBA) de Babson College. Experto en administración y gerencia general con énfasis en planeación y estructuración financiera de proyectos, administración de portafolios y valoración de compañías.
Cuenta con más de 15 años de experiencia profesional en empresas del sector financiero y participación activa en Juntas Directivas de diversos sectores que incluye el social. Entre los cargos desempeñados recientemente, fue Director del Grupo Empresarial Vallecaucano, Gerente del Corredor Verde en la Fundación para el Desarrollo Integral del Pacífico, Director de Desarrollo Administrativo de la Alcaldía de Cali (2012-2014), entre otros.
“La Fundación es una organización reconocida en el ámbito social por el trabajo que ha realizado durante años… Es mi interés mantener y aumentar este reconocimiento, a través de altos estándares de calidad, valores y principios que respalden todo lo que hagamos dentro y fuera de la organización”, Agrega.
¿Qué retos asume en la Dirección de la FRB?
Mi principal reto, es hacer que las cosas sucedan, buscar nuevas formas de hacerlas y junto con el equipo de trabajo generar nuevas experiencias. En este orden, estamos trabajando para ser una Fundación que tiene la capacidad de reinventarse y estar a la vanguardia del nuevo contexto nacional e internacional y los retos, en términos de desarrollo que eso implica, ser innovadora, proactiva y socialmente responsable.
¿Qué representa para la FRB un Programa como Transformación Educativa para la Vida?
El programa Transformación Educativa para la vida es uno de los pilares sobre los cuales construiremos el nuevo modelo de intervención de la fundación que entre sus objetivos seguramente estará el mejoramiento de la calidad de la educación. Buscamos que la FRB logre trabajar de manera articulada con los gobiernos locales, colegios, personal docente, estudiantes y padres de familia, y eso es lo que hace el programa, sumar esfuerzos y compromisos de toda la comunidad educativa, así como identificar acciones y metas que permitan llegar a un acuerdo para el mejoramiento de la educación. Sin embargo, la tarea no debe quedar aquí, es necesario el compromiso de todos para que sea un proceso continuo, definir metas realistas y lo más importante que se cumplan.
¿Cuál es el compromiso que quiere asumir la Fundación y esta nueva dirección con la educación del país?
En estos meses nos hemos dedicado a profundizar en el estado de la educación en Colombia y a pesar que contamos con un marco legal dado por la declaración de los derechos de los niños proclamada por la asamblea General de las Naciones Unidas, la Constitución Política de Colombia, la Ley General de Educación, entre otros, la brecha de la educación entre población rural-urbana se incrementa. Las cifras existen, por citar un ejemplo y según Fedesarrollo, la tasa de permanencia escolar en zonas rurales es del 48%, mientras que en las ciudades alcanza el 82%.
En este orden, queremos ser un laboratorio social que brinde soluciones educativas integrales con y para las niñas, niños, adolescentes y jóvenes del ámbito rural, promoviendo el trabajo conjunto y acompañamiento de otros actores del desarrollo que generen complementariedad con acciones relacionadas a esta problemática.
¿Qué piensa de la educación actual en Colombia y cómo se la sueña?
El país ha tenido importantes avances en esta materia, pero aún tenemos grandes retos en términos de calidad, deserción, inversión, cierre de brechas, entre otros. No obstante, vemos una gran oportunidad para avanzar en este ámbito, ya que la educación se ha puesto en el centro de todas las agendas, no solo en Colombia sino a nivel mundial con los Objetivos de Desarrollo Sostenible que la mencionan como base para mejorar nuestra vida y el desarrollo sostenible de todos los países.
De esta manera les presentamos y le damos la bienvenida al nuevo Director general de la Fundación Antonio Restrepo Barco.
Imagen tomada de portal Web OrigenArhuaco
Sofía Peñata Doria - Gestora Córdoba
Medardo Rafael Barros Bolaños - Gestor Cesar
En Colombia, a pesar de los avances en cuanto a normatividad que ampara y protege a los pueblos y naciones indígenas, estos continúan en una condición de vulnerabilidad inaceptable, toda vez que hacen parte del Estado nación y además son parte esencial para la construcción y desarrollo de país. Ellos con su constancia y lucha por preservarse y en otros casos revitalizarse y hasta reconstruirse como cultura, estos han realizado grandes esfuerzos por mantener su identidad, usos, costumbres, cosmovisión y conservar sus territorios a través de la que “es la forma privilegiada de transmitir, conservar, reproducir y construir la cultura. Permite generar conciencia crítica capaz de transformar la sociedad” Artunduaga, l. (1997), la educación. Esa que de facto asumimos como unísona y general para todo Colombiano, pero es en este marco de sistema reproductor cultural y social que cobra valor esa lucha que vienen adelantando los pueblos originarios por el derecho a un proceso educativo enmarcado en la pertinencia, la contextualización y el derecho a la autodeterminación que hoy conocemos como Etnoeducación o Educación Propia e intercultural, escenarios desde el cual se proyecta el ser indígena.
Históricamente la educación para pueblos indígenas ha estado marcada por su concesión a terceros por parte del Estado, principalmente a la iglesia católica fue a quien se le delegó esta responsabilidad. La entrega de la educación por parte del Estado a la Iglesia, es un hecho que profundiza la ruptura cultural de las comunidades, puesto que para entonces ““el saber disciplinar” además de organizarse en función de los planes educativos, era tamizado en función de las verdades y principios religiosos” Romero, F. (s.f.). Así, se convirtió en una herramienta que anuló la posibilidad de muchos pueblos de circular mediante la palabra y las prácticas rituales y sociales, su identidad cultural, su autonomía, su conocimiento y hasta su estructura social. Pero la lucha constante frente a la exigibilidad de los derechos ha permitido que hoy, los pueblos originarios, cuenten con un amparo legal en la normatividad nacional e internacional que reconoce el derecho mayor y el derecho a la autodeterminación. Desde allí, se abrió el escenario para la construcción del S.E.I.P, Sistema Educativo Indígena Propio, un sistema educativo que sea eje fundamental para el fortalecimiento de sus principios, el cual surge en rechazo, precisamente, a las formas de educación que les venían siendo impuestas.
Hoy día los procesos de interculturalidad están pasando de la teoría a una praxis en la cual el diálogo de saberes que se establece entre conocimientos que transitan por el sistema educativo, se materializa en una apuesta formativa que busca garantizar la pervivencia étnica y la posibilidad de la interacción en marcos de respeto y comprensión de lógicas, ciencias, conocimientos y cosmovisiones disimiles y distantes.
No obstante, luego de alcanzar la construcción del S.E.I.P y el reconocimiento por medio del decreto 1953 del 7 de octubre de 2014, hace falta sortear los obstáculos que en diferentes espectros se le presentan, en primer lugar, porque no hay garantías suficientes por parte del Estado y en general de las entidades territoriales para respaldar las propuestas ‘Etnoeducativas’ o de ‘Educación Propia’ y en segundo lugar, porque Colombia, en materia de educación, responde a políticas internacionales que de alguna manera alienan las cosmovisiones de quienes ingresan al sistema educativo regular, por medio de estandarización y concepción unívoca del conocimiento.
Es importante resaltar, cómo muchos pueblos han logrado dentro de un proceso contraveniente, mantener sus usos y costumbres, los pilares de su cultura y buscar el establecimiento de procesos formativos que les permitan transitar en el conocimiento con una mirada compresiva de lo diferente, de inclusión con el no indígena y sobre todo de relacionamiento desde su cosmovisión. Es esta una gran lección para quienes olvidan que el país es pluricultural y que por tanto la educación debe apuntar hacia la interculturalidad, alejada de la creación de diferencias, marcas, etiquetas y estigmas, para llevarnos a reconocernos y reconocer al otro en marcos de respeto y diálogo.
El Estado como garante del derecho a la educación, debe velar por construir, en conjunto, políticas a mediano y largo plazo que eviten la desaparición de las culturas indígenas, respetando su espiritualidad y riqueza cultural. En esta vía, viene a ocupar un espacio importante la ‘Etnoeducación’ como “un proceso de recuperación, valoración, generación y apropiación de medios de vida que responde a las necesidades y características que le plantea al hombre su condición de persona.” Artunduaga, l. (1997). La Ley 115, define etnoeducación como “la que se ofrece a grupos o comunidades que integran la nacionalidad y que poseen una cultura, una lengua, unas tradiciones y unos fueros propios y autóctonos”. De manera que, representa para el sistema educativo un reto muy importante porque señala el camino para intercambiar discursos que construyan una nueva forma de ver la diversidad étnica.
Referencias bibliográficas
Artunduaga, l. (1997). La Etnoeducación: una dimensión de trabajo para la educación en comunidades indígenas de Colombia. Disponible en: https://rieoei.org/historico/oeivirt/rie13a02.htm
Romero, F. (s.f.). Manuel Quintin Lame: sabiduría y saber escolar. Disponible en: http://www.humanas.unal.edu.co/colantropos/files/5214/5615/3567/manuel_quintin_lame_sabiduria_y_saber_escolar.pdf
‘La garantía de los derechos de la niñez no da espera’: #NiñezYA
Cien organizaciones de la sociedad civil presentaron NiñezYA, la estrategia que pondrá en agenda electoral las acciones urgentes que requiere Colombia para garantizar los derechos de esta población.
Bogotá, 6 de febrero de 2018. Para cumplir a cabalidad con los derechos de la infancia y la adolescencia del país, y con ello las leyes y tratados nacionales e internacionales suscritos por Colombia, el próximo presidente tiene importantes retos. Un grupo de organizaciones expertas en niñez destacan ocho, entre los que están: detener cualquier tipo de violencia contra niñas y niños; diseñar una política pública para la población de 6 a 17 años; fortalecer a la familia y aplicar justicia con carácter pedagógico y restaurativo a los adolescentes en conflicto con la ley, como lo señala el Código de Infancia y Adolescencia.
“En Colombia, pese a avances importantes en la garantía de los derechos de la niñez, persisten brechas inaceptables en su cumplimiento. Abogamos por un país en el que ningún niño o niña muera por desnutrición, Enfermedad Diarreica Aguda (EDA) e Infección Respiratoria Aguda (IRA); sea víctima de la violencia; deje de ir al colegio o de jugar por estar en actividades que no corresponden con su edad o reciba educación de baja calidad o excluyente, entre otras circunstancias, que trunquen sus posibilidades de pleno desarrollo”, señalaron los voceros de NiñezYA.
Esta iniciativa está conformada por 100 organizaciones de la sociedad civil, que desde 2017 trabajan en la estrategia para lograr que los asuntos urgentes de la infancia y la adolescencia estén en la agenda de los candidatos a la presidencia y después en el Plan Nacional de Desarrollo 2018-2012. “ El documento La NIÑEZ no da espera-una mirada a su situación desde la sociedad civil (Cartilla resumen del documento) es un trabajo colectivo que recoge la información sobre los temas más álgidos de esta población y sobre los cuales buscaremos que los candidatos a la presidencia se pronuncien”, aseguraron voceros de NiñezYA.
Para ello, representantes de la iniciativa gestionarán encuentros uno a uno con los candidatos presidenciales, realizarán foros regionales y un gran foro nacional en abril, mes de la niñez. Niñas, niños y adolescentes de diferentes regiones del país viajarán a Bogotá a encontrarse con los candidatos para exponerles su situación, hacer sus propuestas y asegurar compromisos.
Los asuntos que no dan espera son:
1. YA es hora de cumplirle a la NIÑEZ lo escrito en el papel. Colombia cuenta con la Ley de Infancia y Adolescencia-1098 de 2006. Sin embargo, luego de 12 años, los avances en política han sido insuficientes para lograr el principio de la protección integral, con enfoque de equidad, diversidad y con la participación activa de la niñez en los espacios donde se debate y decide su futuro y el de la Nación. El país SÍ tiene una política pública de primera infancia (0 a 5 años), pero NO tiene una política pública de infancia y adolescencia (6 a 17 años).
2. YA es tiempo de que ningún niño muera por desnutrición, diarrea e infecciones respiratorias. Entre 2005 y 2014 murieron 15.299 niñas y niños: 3.065 por EDA (Enfermedad Diarreica Aguda) 8.184 por IRA (Infección Respiratoria Aguda) y 4.050 por desnutrición (Ministerio de Salud-ASIS, 2016). Cada año, más de 7.000 bebés entre los 0 y los 12 meses mueren en Colombia. Se calcula que el 70 % fueron EDA, IRA, infecciones, es decir, enfermedades prevenibles, detectables y curables (https://www.unicef.org/spanish/mdg/childmortality.html).
3. YA garanticemos la educación a toda la NIÑEZ sin ninguna distinción por discapacidad, etnia, género o lugar de nacimiento. Las cifras son alarmantes. Los niños, niñas y adolescentes que viven en el campo, y los más pobres, tienen menos oportunidades educativas y menos logros académicos: el promedio de educación en Colombia para las zonas rurales es de 5,5 años; mientras que para zonas urbanas es de 9,2 años y el analfabetismo en mayores de 15 años de zonas rurales dispersas es casi 4 veces mayor que en los de zonas urbanas: 12,5 rural vs 3,3% urbano. De otro lado, el 40% del total de niños y niñas que no asisten al colegio corresponden a zonas afectadas por el conflicto y 135.000 niñas, niños y adolescentes con alguna discapacidad están por fuera de la educación regular. Es imperativo trabajar en torno a la equidad, la calidad y la eficiencia del gasto en educación para disminuir brechas y garantizar una educación con sentido para todos.
4. YA reconozcamos que la NIÑEZ tiene derecho a jugar, participar y ser escuchada. A pesar de que existen diferentes mecanismos creados por las leyes, como la Ley 724 de 2001, para la participación y visibilidad de niñas, niños y adolescentes, no se están asignando recursos. Se requieren espacios dignos para el juego, la recreación y el deporte, como ludotecas, bibliotecas y centros lúdicos y deportivos. Dichas actividades son fundamentales para la construcción de ciudadanía y convivencia pacífica, como lo demuestra la investigación de la Universidad Nacional y la Corporación Juego y Niñez. Además, las instancias legales de participación de la niñez solo existen en el papel.
5. YA es tiempo de fortalecer a las familias para que protejan y cuiden a la NIÑEZ. El 45% de la población adulta en Colombia viene de hogares en los que ninguno de los padres tuvo educación; 27% viene de hogares en los que la máxima educación del padre o madre fue primaria. (Fundación FES, 2015). Además de servicios básicos, no cuentan con ingresos económicos ni con las herramientas necesarias para una crianza positiva. Por lo menos 26% de las mujeres y 15,8% de los hombres reportan haber golpeado a sus hijos como una forma de castigo; mientras que 48,6% de las mujeres y 38% de los hombres los han disciplinado con alguna forma de abuso verbal (Informe Anual UNICEF, 2016).
6. YA no más violencia contra la NIÑEZ. En 2016, 86% de todos los exámenes médicos legales por presunto delito sexual se practicaron a niños, niñas y adolescentes (Forensis INML CF, 2016). La tasa (por cien mil habitantes) de violencia sexual contra las niñas va en incremento al pasar de 197,1 en 2010 a 205,5 en 2016 y se estima que presenta un subregistro del 30% (Fundación PLAN 2017, repositorio de datos Bogotá, Colombia a partir de cifras de Forensis INML CF, 2016. Alianza por la Niñez Colombiana).
7. YA acatemos la norma aplicando a los adolescentes la justicia con pedagogía. Aunque la Ley de Infancia y Adolescencia señala que debe darse una sanción de carácter pedagógico, en la que participen la víctima y el acusado y se acompañe a las familias, esto no está ocurriendo; en la mayoría de los casos el juez opta por la libertad vigilada. Así los adolescentes regresan a sus entornos familiares donde persisten las múltiples privaciones, bajos niveles educativos y pocas herramientas afectivas y conductuales para la crianza. Su reincidencia en el delito es del 20,25%, mientras que la de los adultos es de 15% debido a que no se están aplicando los principios pedagógicos definidos en la ley 1098 (ICBF, 2016 y DANE, 2017, respectivamente).
8. YA es tiempo de que la NIÑEZ sea reconocida como gestora de paz. De los 8.270.812 víctimas del conflicto armado, 29% (2.382.086) son menores de 18 años, de ellos 96,4% ha sufrido desplazamiento y solo 0,3% ha retornado a su lugar de origen (Fundación PLAN 2017, repositorio de datos Bogotá, Colombia a partir de cifras de la Unidad de Atención y Reparación a Víctimas del Conflicto, UARIV, 2017). Niñas, niños y adolescentes, en especial si han sido víctimas del conflicto armado, deben estar en el centro de todos los procesos que contribuyan a la construcción de la paz.
Mayor información:
-Ángela Constanza Jerez
310 2497831
-Ninfa E. Sandoval
315 3363553
NiñezYA es convocada por: Agencia Pandi, Aldeas Infantiles SOS, Alianza por la Niñez Colombiana, Corporación Infancia y Desarrollo – CID, Corporación Juego y Niñez, Fundación Alpina, Fundación Empresarios por la Educación (ExE), Fundación Éxito, Fundación Kid Save Colombia, Fundación PLAN, Fundación Ratón de Biblioteca, Fundación Restrepo Barco, Fundación Saldarriaga Concha, Fundación Save the Children, Jerez & Sandoval - Medios y RS, McCann, Primero lo Primero, Proantioquia, World Vision.
Preparación para las pruebas SABER 11° en la I.E Anorí
La evaluación de la calidad hace parte del sistema de mejoramiento de la calidad educativa adoptado por el Ministerio de Educación Nacional de Colombia (MEN). Este sistema busca, esencialmente, fortalecer la gestión institucional a partir de los resultados obtenidos en los procesos de evaluación que se llevan a cabo en los Establecimientos Educativos (EE) del país.
Evaluar la calidad educativa es importante porque permite identificar las fortalezas y debilidades de los EE y a partir de allí, proyectar acciones de mejoramiento que permitan alcanzar las metas de calidad propuestas por el MEN.
Los instrumentos que permiten monitorear la calidad de la educación a nivel nacional se denominan pruebas externas nacionales o pruebas SABER. La aplicación de estas pruebas permite establecer el nivel de competencia de los estudiantes en áreas como Matemáticas, Lectura Crítica, Ciencias Sociales, Ciencias Naturales e inglés.
El próximo domingo 27 de agosto se llevarán a cabo las pruebas Saber 11°, que buscan medir el promedio de logro alcanzado por los estudiantes en estas áreas. Si bien la medición de los resultados es determinante para alcanzar los objetivos de calidad propuestos por el MEN, el núcleo de la reflexión debe girar en torno al esfuerzo académico de docentes y estudiantes para la consecución de tales fines.
Parte de este esfuerzo nace de la implementación de programas para el mejoramiento de la calidad diseñados por el MEN - Ser pilo paga -, Programa de becas para la excelencia docente, Todos a Aprender (PTA) e Índice Sintético de la Calidad Educativa (ISCE)- así como de iniciativas del sector privado que proponen rutas de tránsito hacia el logro de la calidad.
El Programa Transformación Educativa Para la Vida (TEPV) de la alianza ISA y la Fundación Restrepo Barco (FRB), se une a este esfuerzo de mejoramiento de la calidad de la educación a través de la implementación de un modelo de gestión que acompaña a las escuelas a transitar una ruta completa de mejoramiento, a saber: Evaluación inicial, Planificación del Mejoramiento, Seguimiento y Monitoreo y Evaluación final.
Se espera que estas apuestas conjuntas tengan un impacto positivo en los resultados del próximo 27 de agosto. Sin embargo, y más allá de los promedios que se obtengan, deben destacarse los esfuerzos previos de directivos, docentes, estudiantes, padres y madres de familia que transitan por el ciclo de la calidad.
Esta experiencia constituye la base para la adquisición de capacidades y la construcción de aprendizajes en el devenir de un proceso participativo que privilegia la vivencia del mejoramiento de las comunidades educativas, sobre la medición de la calidad y sus resultados.
Artículo escrito por Janer Guardia López - Gestor Antioquia.
Bibliografía.
-MEN. Referentes y Evaluación de la Calidad Educativa. Recuperado de http://www.mineducacion.gov.co/cvn/1665/articles-246512_archivo_pdf_MauricioMartinez.pdf
-MEN (2008). Altablero. Evaluar y promover el mejoramiento. Recuperado de http://www.mineducacion.gov.co/1621/article-107321.html
-www.youtube.com (2016). Consejos de preparación para las pruebas ICFES Saber 11°. Recuperado de https://www.youtube.com/watch?v=xjdR8Gh5dxA&t=12s
-Molano, Rodríguez & Bayona (2017). Subimos, ¿Tanto? Explicaciones para entender los históricos resultados de las pruebas SABER 3ro, 5to y 9no. Recuperado de https://educacion.uniandes.edu.co/images/Prensa/Texto-Pruebas-Saber.pdf
¿Sabes qué es el PNDE 2016-2026?
Sabías que el Plan Nacional Decenal de Educación 2016-2026, PNDE 2016-2026, es la política pública que marcará el norte de Colombia en Educación en los próximos 10 años. Es un plan innovador, incluyente, de construcción colectiva y regional, que plantea los pilares necesarios para una educación de calidad.
¿Quiénes participan?
La ciudadanía
Instituciones Educativas
Organizaciones sociales
Avances
En julio de 2016 la ministra de Educación, Gina Parody, anunció al país el inicio de la construcción del documento del Plan nacional Decenal de Educación 2016-2026, el cual marcaría las políticas públicas del sector en los próximos 10 años, y para esta ocasión, en su tercera versión, se orientará al papel de la educación para construir un país en paz y con igualdad de oportunidades.
La construcción de este plan inició, para ese entonces, con la fase preparatoria, se realizó un proceso que contempló cuatro fases:
1. Sueño de la Educación a 2026 y Gran Encuesta de Temáticas
2. Participación en foros presenciales y virtuales de las 20 temáticas nacionales
3. Foros en región
4. Redacción del plan decenal 2016-2026
Finalmente en julio de 2017 culminó la primera fase de construcción del Plan Decenal de Educación. Donde la Comisión Académica entregó el documento orientador a la ministra de Educación. Este instrumento contiene los diez desafíos que tiene la educación para la próxima década. De ahora en adelante viene lo más complejo: realizar un gran Acuerdo Nacional para que se dupliquen los esfuerzos y se garantice su seguimiento y cumplimiento. Entendiendo que la educación tiene incidencia en la vida social, económica, cultural y política de una sociedad.
Estos son los retos del PNDE:
Regular y precisar el alcance del derecho a la educación. Es fundamental hacerlo, para orientar la política pública que asegure una educación gratuita y de calidad para todos los colombianos.
La construcción de un sistema educativo articulado, participativo, descentralizado y con mecanismos eficaces de concertación.
El establecimiento de lineamientos curriculares generales, pertinentes y flexibles.
La construcción de una política pública para la formación de educadores. Como dice la comisión: “Un sistema educativo llega hasta donde llegan sus docentes”.
Impulsar una educación que transforme el paradigma que ha dominado la educación hasta el momento. Pasar del paradigma de transmisión de información, hacia uno más dinámico que busque el desarrollo humano integral.
Impulsar el uso pertinente, pedagógico y generalizado de las nuevas y diversas tecnologías para apoyar la enseñanza, la construcción de conocimiento, el aprendizaje, la investigación y la innovación, fortaleciendo el desarrollo para la vida. No se trata solamente de conectividad, es la integración de TICS en el proceso de enseñanza aprendizaje.
Construir una sociedad en paz sobre una base de equidad, inclusión, respeto a la ética y equidad de género. La convivencia es uno de los lunares más grandes de nuestros colegios.
Dar prioridad al desarrollo de la población rural a partir de la educación. La brecha ciudad-campo se abre y en el fondo está el sistema educativo de las zonas rurales.
La importancia otorgada por el Estado a la educación se medirá por la participación del gasto educativo en el PIB y en el gasto del Gobierno, en todos sus niveles administrativos. Hay que asegurar un propósito nacional en agenda pública del presupuesto para educación.
Fomentar la investigación que lleve a la generación de conocimiento en todos los niveles de la educación. Sin investigación, no tendremos edificada nuestra educación sobre roca firme.
SABIAS QUE…
Más de 1’010.143 colombianos participaron en la primera fase de la construcción del Plan. Plasmando el sueño de educación y la selección de temáticas más relevantes a 2026.
A la fecha se lleva a cabo la Vigésimo-segunda Reunión con la Comisión Gestora del Plan Nacional Decenal de Educación 2016-2026 donde se adelanta la redacción de los lineamientos del desafío 4.
Sabemos que aún queda mucho camino por recorrer y que este no será fácil, sin embargo, lo más importante es que todos los esfuerzos por parte de quienes integran la construcción de este plan, están volcados en lograr alinear esfuerzos y compromisos de todos con la educación de las próximas generaciones.
Bibliografía
-PNDE. ¿Qué es PNDE? Recuperado de http://www.plandecenal.edu.co/cms/index.php/que-es-el-pnde
-SEMANA. Los 10 grandes retos de la educación en Colombia. Recuperado de http://www.semana.com/educacion/articulo/educacion-en-colombia-plan-nacional-decenal-de-educacion/531672
-www.youtube.com (2016). Lanzamiento Plan Nacional Decenal de Educación 2016-2025. Recuperado de https://www.youtube.com/watch?v=cb4gjq9XICw&t=115s